
Si hay unos instantes mágicos al cabo del día, sin duda que uno de ellos es el atardecer, este es en Guincho (Portugal), hay 50 seres de negro esperando una ola, pero en estos momentos somos muchos los que nos olvidamos del mar para centrarnos en el cielo, el físico deja paso a la contemplación, en la fusión del sol con la luna, no se piensa en nada, mente en blanco, out a todo y a todos, oigo "Pipe te has dejado escapar esa ola, estaba perfect", y es que no importa, la belleza del horizonte es tal, que sólamente me dedico a visualizar y a interiorizar lo que la naturaleza quiera mostrarme.
No hay dos atardeceres iguales, no hay dos olas iguales, pero las miradas de complicidad entre los que estamos disfrutando de Él, advierten la inmensidad del estado, y provocan tal concentración que desconocemos el tiempo que ha pasado entre que el sol nos iluminaba hasta que la noche nos sorprende todavía a remojo, pero el atardecer, nos ha dejado serenos, calmados, silenciosos, abrumados, pensativos, incluso arriesgándome creo que nos hace mejores, si todos los que disfrutamos de los atardeceres supiéramos repartir a nuestro alrededor todo lo que nos enseña, sería natural y sencillamente extraordinario.
este atardecer lo vivimos tomi y yo en praia do guincho (portugal)
sonando Get Away by Lashell Griffin
1 comment:
Si el mar no para de cambiar y moverse...¿por qué transmite tranquilidad?
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